miércoles, 23 de abril de 2014

Transparente

Nadie me enseño a soñar, lo aprendí incluso sin esfuerzo
Tampoco me explicaron como debería sonreír
Ni la postura adecuada para sujetar la mano de alguien.
Y tu COMPARTISTE sueños,
y cuando a nadie le preocupaba mi sonrisa,
tu sujetaste mi mano y me susurraste:
No te pierdas, por siempre.

No hay comentarios: