sábado, 25 de mayo de 2013

Postumo mañana

Si así lo quieres está bien,
no tendrás que combatir con los rizos de un par de niños,
ni será necesario que busques chocolates para mi cena,
ya no habrá más poemas inentendibles y raros,
ni una canción a medias pretendiendo terminar en tus brazos.

Si así lo quieres está bien,
ya no miraras desde un espejo mi rostro y dirás te amo,
y cuando tengas frio mis manos también estarán heladas
Porque tus manos cubren tus ojos y no hay confesión que sirva
para ti no hay huellas en el corazón,
para ti mis palabras son una lagrima paseando la piel,
que si no es por el tiempo, el aire se la lleva.
A pesar que es obvio que mi amor es raro pero el único sincero que tendrás.

Si así lo quieres está bien,
aunque yo te quiero y tú no lo quieras,
aunque aún estoy seguro que te soñare hoy  

Aunque prefieras callar.

Mermelada.

Y la vi ahí con su sonrisa interminable y su cabello trastornado,
me pregunto en que momento empezara,


en que instante despojara el rojo del corazón de todo su alrededor,
para acumularlo en sus pómulos.


Para, sin anteojos, pueda ver todo tan despejado y tan disipado a la vez,
y cuando me aproxime y le pregunte como esta su corazón,
ella con una risa fatigada baje la cabeza suspenda los ojos,
y saque de una bolsa casi como de su pecho un poco de mermelada,
para untar en mis labios un elixir de sueños,
un tal ves y  un susurro de esperanza.

jueves, 23 de mayo de 2013

Frente a ti

Y permanecía incrédulo,
con el corazón arruinado
con un áspid enredado en mis intenciones,
pronuncie un par de veces tu nombre,
como quien deja caer una hoja en otoño,
que al balanceare al suelo suspira.
Recordé tus heridas,
para entender que las mías no merecen tristeza,
cono tú no mereces mi olvido, mis intereses narcisistas, y mi actitud precipitada.

Porque si hay algo que en realidad mereces es
QUE AL CERRAR LOS OJOS
TE IMAGINE FRENTE A MI SONRIÉNDOME,
para regalarme una esperanza de ser feliz.
Mientras las pruebas llegan.

Otoño en tu Piel

Mientras divagaba en tus cabellos,
Mi boca pronunciaba tu nombre tan lentamente,
Parecía persistir boquiabierta,
Entonces descubrí que me gusta esperar, por primera vez,
Para planificar mil formas de abrazarte
Imagino también la luz en tu rostro cuando admita que te ves maravillosa con ese vestido,
Que las flores parecían escaparse aquella tela y envolver tu frente,
Mientras mil colores detonaban en mis ojos,
Y un te quiero permanecía ahí, en el borde de tu oído,
Para cuando se te apetezca rescatarlo
Y así me rescates del olvido para perdurar junto a ti.